sábado, 17 de abril de 2010

Atrapados en Holanda.

Hola de nuevo. Ahora que está disponible Opera Mini para el iPhone OS puedo editar mi blog desde mi iPod Touch. Además, tengo la suerte de que en la casa de un pueblo de Limburgo (región de Holanda) en la que estoy de intercambio, engancho una red wi-fi, que aunque no es muy buena, es útil.
Os contaré una anécdota que aconteció en un hotel de Ámsterdam -el peor del mundo según el libro Guiness- en el que estubimos alojados parte de nuesra estancia en este país, para que veáis con qué gente me ha tocado lidiar. Ahí va:
Compartía habitación con mi hermana de tercero de ESO y tres amigas suyas con su misma edad. Nos dieron una llave por persona, pero pensemos un poquito. ¿Para qué cargar con el grandísimo peso de una llave si hay un tonto que siempre las lleva encima y sabe usarla, por añadidura? Pues bien. El "tonto" era yo y una de las compañeras de habitación nunca llevaba la llave encima. Al final me acabé hartando de tener que dejar lo que tuviera entre manos cada cinco minutos para ir a abrir la puerta. Advertí a esta chica que si no tenía llave, no podría entrar, ya que si ella era tan vaga como para no llevar una llave, yo tenía derecho a ser tan vago como para no levabtarme a abrir la puerta. La vez siguiente entró porque la puerta estaba abierta. Después entró porque la abrió otra compañera, mientras canturreaba "sabía que me ibais a dejar entrar". Pero a la tercera va la vencida. Llaman a la puerta. Me levanto diciendo "ya voy yo" para que nadie se me adelante. Me acerco a la puerta despacio mientras llaman reiteradamente. Lo estoy disfrutando de verdad. Abro la puerta lo justo para ver quién es. Efectivamente, era ella. Empuja la puerta con el miedo en la cara, porque se temía lo peor, pero soy más fuerte y cierro la puerta de golpe. Se pone a llamar a la puerta nerviosísima, gritanto "ABRIDMEEEE". No me da pena, que se joda. Al final la abrió la misma que abrió antes. No pudo aguantar los gritos de socorro. Entró en la habitación poniéndome a caer de un burro mientras yo le recordaba parte del maravilloso refranero español: quien avisa no es traidor. Qué se le va a hacer. Puso la escusa de que no encontraba sus llaves, que estaban colgadas en la cerradura de su taquilla.
Esa noche, un compañero del intercambio que pasaba por allí vio la llave y se la mostró a su propietaria, dejándola perféctamente visible en su litera. Al día siguiente teníamos que dejar el hotel, y por supuesto, devolver las llaves. La niña estaba complétamente histérica porque no encontraba la suya. Cuando por fin revelé la misteriosa ubicación de la llave perdida se desahogó a base de insultos. Si lo sé la dejo pagar los 5€ por perder las llaves.
El título de este post viene por el oportuno volcán que no nos deja volar a España. Teníamos que haber vuelto ayer viernes, día de la tragedia, pero se a pospuesto para el lunes, cosa que ahora parece que tampoco va a ser posible.
Ya tengo ganas de volver, a ver si tenemos suerte.